Tu opinión es la que importa

Es increíble como nos puede afectar la opinión de los demás. Puede hacer que algo insignificante nos parezca asombroso y que algo asombroso nos parezca insignificante.
Pero tenemos que estar por encima de esas opiniones. Lo único que nos tiene que importar es lo que nosotros mismos creemos. Tenemos que valorar las cosas y tomar nuestras decisiones sin dejarnos guiar por los demás, porque sino nos podemos perdernos cosas asombrosas.

Deseo...

Si te concediesen un deseo, el que tu quisieras, sin importar lo surrealista que fuera, ¿Qué desearías?

Yo elegí ser feliz toda la vida, pero alguien hizo que me diera cuenta de que mi deseo no tenia sentido. 

Si fueses feliz toda la vida no tendrías problemas ni altibajos, todo te iría bien siempre, por ese motivo estarías siempre en un estado neutro. No valorarías las cosas realmente buenas que te ofrece la vida, porque para ti todas serian buenas, ni tendrías esos días en los que estas muy feliz porque conseguisteis superar un obstáculo, tampoco madurarías, porque para hacerlo hay que aprender a levantarse después de caer, y además no mejorarías como persona, porque para hacerlo hay que enfrentarse a los innumerables problemas de la vida y demostrarte a ti mismo que eres capaz de todo. Los momentos felices existen gracias a la existencia de los malos, porque nos hacen valorar las cosas buenas y disfrutar más de ellas cuando llegan.

Por eso, si me concediesen un deseo no elegiría ser feliz toda la vida, sino tener éxito en ella.

No te engañes

Cansada de peleas, discusiones... siempre por los mismos motivos, por las mismas tonterías y estupideces...
Se intentan solucionar los problemas pero, por algún motivo siempre se vuelven a repetir, y uno se engaña a si mismo pensando "Esta vez lo hemos arreglado definitivamente" pero nunca es así.
Cuando las personas son diferentes, en muchos aspectos se complementan, pero en otros, no encajan, y esos son los aspectos que producen las peleas y discusiones, por tanto los problemas solo se solucionaran si una de esas dos personas cambia. Y ahí es donde nos equivocamos, pensando que la otra persona va a cambiar, que tiene que cambiar, cuando si lo que realmente queremos es que la relación funcione deberíamos empezar por cambiar nosotros mismos, o sino, buscar a otra persona con la que si encajemos.