La envidia es algo que no se puede evitar, algo que esta en nosotros cuando nacemos, porque sino envidiásemos cosas de los demás, no intentaríamos superarnos para conseguirlas, no seriamos ambiciosos, no seriamos personas.
Pero hay quien en vez de superarse, quiere derrotar a los que envidia para ponerlos a su nivel, eso no es ser persona, eso es ser alguien que nunca va a aportar nada bueno, alguien que va ha hacer daño a quien tiene alrededor, alguien en quien no se debe confiar.
Como no llevamos escrito en la frente que clase de persona somos tenemos que conocer a alguien para saber como es. El problema está que nunca llegas a conocer totalmente a nadie. Por eso alguien a quien considerabas tu amigo, puede resultar ser una de esas personas en las que no se puede confiar, alguien que te va a hacer daño, y to esto solamente por envidia.
Cuanto antes nos demos cuenta de que no podemos confiar en nadie, sufriremos menos, cuando comencemos a confiar solamente en nosotros mismos seremos más felices, porque sabemos que no podemos tener envidia de nosotros mismos y porque sabemos quienes somos.
Y hasta que no te des cuenta y lo asumas, lo único que puedes hacer es ponerte una armadura para que cuando te hagan daño te duela menos. Es la cruda realidad.